top of page

CHARLTON HESTON O LA MASCULINIDAD NO-TÓXICA

  • gonzalojesuscasano
  • 21 oct 2023
  • 5 Min. de lectura

CHARLTON HESTON O LA MASCULINIDAD NO-TÓXICA


Por una serie de circunstancias (¿casualidades darwinianas?) me puse a ver La Reina de España hace unas fechas; por cierto, encontré el guión bastante inteligente, con una sutil combinación de drama, comedia y crítica social (al franquismo). Evidentemente todo tenía el aire de parodia al franquismo, y al apoyo que recibió de Yanquilandia, y de Samuel Bronston en particular. Sí, lo he vuelto a comprobar, Samuel Bronstein era sobrino de Leon Bronstein (Trotsky), ¡qué cosas tiene la vida!, ¡y Vds. que lo vean, en buena salud!

Ya no por azar, esta obra me llevó a pensar en Heston; de modo que me encontré echando un buen vistazo a 55 Días en Pekín. Llegados a este punto/encrucijada, llega el momento de las admisiones (que no confesiones). Mi época de chaval (in illo tempore) , de colegio de curas, era la plena de nuestro intérprete; y desde luego era mi ídolo: esa apostura física, valiente contra los enemigos y caballeroso con las damas, decidido, honorable hasta la muerte, incorruptible, tan machote. Segurísimo que esto era frecuente en muchos chaveas. Él contaba, ufano de orgullo, que sus películas tenían mucho éxito en Japón, la tierra de los samuráis, los corajudos, la nobleza, la fidelidad hasta la muerte, la tierra del Honor. Pues eso, ése era su rol en sus trabajos, un modelo que seguir individuos con tales valores.

Pero luego pasaron los años, y con ello los cine-clubs/fórum, la influencia de los Cahiers du Cinéma, las lecturas, la omnipresencia universitaria de la gauche divine etc. Y entonces empecé a considerar que nuestro actor era poco versátil (cierto), poco capaz de papeles de gran sensibilidad (verdad) o de comedia (pero en alguna intervino), sólo capaz de participar en grandes producciones que buscaban únicamente dividendos. Sobre esto último, un apunte, entre otros posibles, Ben-Hur es un sobresaliente largometraje, no sólo porque hay mucha tela detrás, sino porque también detrás (de la cámara) estuvo William Wyler, un artista. Lo mismo afirmo, con más fuerza, de Horizontes de Grandeza, que es una de mis absolutas fílmicas absolutas, un ejercicio de estilo, donde nuestro hombre está actor-actor.

Pasaron más años y me di cuenta de que Heston estaba a millas (no digo años luz que está muy trillado) de Brando, incluso de Bogart, Tracy, Stewart, pero que le echaba ganas a sus papeles, energía, intensidad; le ayudaban un físico imponente, y sobre todo un rostro de facciones cinceladas en mármol de Carrara, expresivo por naturaleza, incluso en reposo. En fin, que era bastante mejor que Alan Ladd, Tyrone Power, Rober Taylor, Gregory Peck, y unos cuantos más que me callo, para que no me lapiden por iconoclasta los enamorados del Hollywood clásico.

En esa tarea un tanto apologética, distanciándonos un poco de la interpretación per se, Charlton tiene bastante crédito. Ante todo y sobre todo, Boyero acierta de pleno desde mi perspectiva al citar Sed de Mal y Mayor Dundee. Los documentos afirman que él fue decisivo en que le dieran la dirección a Welles, y que devolvió su sueldo a la productora para que Peckinpah terminara la segunda; sólo por ello los cinéfilos debemos honrarle, como si hubiera ganado la Champions o en la arena del circo. En ambos productos, aunque no llegue al nivel de De Niro, Pacino, Hopkins, Olivier o Bardem, cumple con las exigencias básicas de su papel: no le despreciamos, por El Rifle. Don Orson refiere que basta que le pidiera algo, para que lo hiciera, sin rechistar y seriamente; así p.ej. cuando sube más rápido que el viejo ascensor donde están el jefe de policía y el fiscal general: una sola toma, aquí hablamos de gran cine, y no sólo en el plano-secuencia con desplazamiento, de inicio.

Tenemos El Planeta de los Simios, que fue un exitazo sí, pero con una historia arriesgada, de ésas con moraleja social, que podía no calar. ¡Ah!, y desde luego El Señor de la Guerra, que procede de una obra de teatro (se nota), en la que hay un análisis afinado (¡sí!) de las relaciones sociales entre los estamentos feudales (¡sí!); una joyita.

No olvidemos, ¡por favor!, Will Penny. Heston compró los derechos del guión, de gran categoría, con la idea de que los dirigiera Wyler, o George Stevens, y al final lo hizo el propio guionista, bastante bien por cierto. Sí, desde luego, con Marlon eso habría sido probablemente un Oscar, pero Charlton se desempeña con credibilidad, en un papel que precisa sensibilidad, incluso delicadeza, en medio de algunos tiros.

¡Y ojo al parche! Nuestro personaje tenía buena relación con Wyler y Stevens, lo mejor de lo mejor de la época. Trabajó con Welles (El Genio), con estos dos, Peckinpah, Vidor, ¡no es un mal curriculum vitae!

Estos haberes, algunos no como intérprete, bastan para darle crédito en el banco del séptimo arte. Con todo hemos de admitir que es blanco fácil de Michael Moore, y la progresía de izquierdas, por su fuerte vinculación con la Asociación del Rifle y su firme conservadurismo republicano. A éste, lo cuenta en su (muy entretenida) autobiografía, llegó relativamente tarde en su vida, dentro de una profesión donde domina la izquierda brahmán, algo que me sorprendió.

Me atrevo a conjeturar que Heston es además blanco (¡doble sentido!) de las saetas de la izquierda intelectual al ser un típico WASP: por su físico, por sus ancestros (ingleses y escoceses, de los que está muy orgulloso), por su protestantismo/puritanismo/ethos del esfuerzo, por interpretar a héroes blancos, heterosexuales. Todo ello muy del disgusto del feminismo extremo, que puede verlo como prototipo de la masculinidad, tóxica casi siempre (¿o siempre?), a la que p.ej. Cumberbatch (mucho mejor actor que Charlton).

Y aquí viene la madre del cordero, la madre de todas las batallas cinematográficas, y es la maldita (no empleo otro vocablo porque ya he avisado que soy de colegio católico) manía de mezclar obra del séptimo arte con la doctrina política. Ya saben Vds., que si la abuela fuma, el canario no pone, los impuestos no bajan pero mi sueldo sí, mis hijos me toman por el pito de un sereno, mi jefe es impresentable y mi suegra es una arpía sin garras (pero con algo peor, ¡lengua!). Vamos, que estamos con los de siempre, que si Ford es un fascista, que Eisenstein sí representa el nuevo Amanecer (bolchevique), que el cine del sistema de estudios alienaba, que Jeanne Dielman muestra/denuncia la nueva explotación, machista y no burguesa. Donde me choco con esta postura, fuertemente, hoy, es en las críticas a Sound of Freedom; pero es otra historia.

A lo nuestro, Charlton sería arquetipo, Idea/Forma, de la masculinidad, pero claro, para la Corrección política ello es nocivo, representación de la más reciente opresión: no la del hombre por el hombre, sino la de la mujer por el hombre. En resumen, que a Charlton vuelven a darle palos, desde la izquierda extrema, ¡pobrecito!

Por todo lo anterior, y muchos más que me dejo en el tintero del ordenador, me pongo la toga de defensor de Heston, para declararle no-culpable de toxicidad. Por cierto, me gustaría que una convencida feminista me explicara que es la masculinidad tóxica …, ¡o mejor no!, porque hoy estoy de muy buen humor (a decir verdad siempre lo estoy).

Requiescat in pace.

Entradas relacionadas

Ver todo
EL JUICIO DEL MONO

EL JUICIO DEL MONO Llevo decenios asegurando que La Herencia del Viento & Vencedores o Vencidos, son dos de los mejores guiones de la...

 
 
SOPA DE PATO

SOPA DE PATO Respecto a Los Marx (no El Marx) me asalta una de esas dicotomías primordiales, inmarcesibles y no-irrelefantes, que dividen...

 
 
TOMBSTONE, VAL KILMER

TOMBSTONE, VAL KILMER“I’am your Huckleberry”, por todos los diablos que nunca había oído esa expresión; claro vi la película doblada. Ni...

 
 

Todos los derechos reservados ©2023 

bottom of page