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GENE HACKMAN, REQUIESCAT IN PACE

  • gonzalojesuscasano
  • 27 feb
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 5 mar

GENE HACKMAN, REQUIESCAT IN PACE

“Nunca conseguirás a la chica al final” (= The End, para los cool) le soltó en cierta Louis B. Mayer (el del león sí) a Van Heflin, mirándole fijamente al rostro. Desde luego este intérprete no es que fuera difícil de mirar, pero, admitámoslo, no era un guapetón, un apolíneo galán de la época dorada de Bosque de los Acebos. Fue un gran actor con todo, intenso, dramático, eficiente, capaz de improvisar a lo grande según los indicios (pregúntenle a Fred Zinemann) …, en resumen, todo un profesional. Desde mi ribera su gran mérito es el de haber sido empleador, amigo y quizás rival amoroso de Shane.

Acabo de enterarme, como todos Vds. de la muerte de Gene Hackman, y la libre (mientras no llegue Putin con sus tanques, o su flota del Mar Negro) asociación de ideas me ha transportado a Heflin. Hackman tampoco era un bello hombre, sino uno de esos secundarios de lujo, y en ocasiones galanes, que honraron con su valía el Hollywood clásico (este paréntesis () se incluye aquí para Vds. mismos lo rellenen a su gusto con nombres).

El torrente de conciencia me ha movido ipso facto, ¡por supuesto! a Popeye (sin espinacas). Primero, prioritaria, primordialmente debo confesar, y aguardar la pena con firme contrición, que cuando vi Contra el Imperio de la Droga (para los “in” The French Connection), ¡no sabía quién Gene! Asimismo me he acordado de Lex Luthor, papel por el que le pagaron un pastón. Efectivamente nuestro hombre podía hacer incluso comedia, como con El Hombre de Acero; pero desde mi perspectiva fue ante todo y sobre actor dramático, sobrio, expresivo, siempre fiable. Sí, lo confieso también (sin contrición esta ocasión) me era siempre grato y garantía de buen nivel su presencia en un largometraje; se le podrá reprochar que interviniera en demasiados (¿tendría familia numerosa?), porque dos arriba o abajo actuó calculo yo que participó en unas mil películas. Pero, ¡es que era tan bueno!

Además en ocasiones sí consiguió a la chica, con todo merecimiento.

“La vida es muy corta para pasar dos meses de ella con Sam Peckinpah”, dijo (o debió decir) nuestro personaje, según cuenta (o debió contar) Gonzalo Suárez. Es uno de mis frases tópicas, reveladora de El Salvaje Sam, pero asimismo de Hackman. No afirmo que jugara en la misma liga que los DeNiro y Pacino, pero no andaba muy lejos en la clasificación.

En ese fluir independiente de la mente me ha entrado en ella La Noche se Mueve. Una de mis predilectas, y considero, poco valorada por Vds. El caso es que la causa no es la mucho mejor ejecución de nuestro actor (es sencillamente notable, como de costumbre); ni por las de los otros, ni por la brillantez de la edición, o la excelencia de los encuadres … No, no; se me ha quedado bien grabada porque la historia (y diálogos) es endiabladamente (perdón al buen dios) superior. Funciona del todo como policíaco, pero lo mismo en drama, en reflexión sobre la fidelidad en el matrimonio, sobre las adolescentes “salidas”, la dignidad, la maternidad irresponsable, la integridad en el trabajo, la protección de los descarriados etc. etc.

-Jennifer Warren: ¿Dónde estabas cuando mataron a Kennedy?

 -Hackman: ¿Cuál de los dos?

-Jennifer Warren (sobre Melanie): Si hubiera muchas jovencitas como ella habría tortazos en las calles todos los días.

-John Crawford: Debería existir una ley respecto a cómo comportarse con este tipo de jovencitas (por Melanie).

-Hackman: La hay.

-Hackman (a Melanie): A tu edad te parece que hay cosas que no tienen sentido, pero cuando llegues a los 40 como yo, descubrirás … ¡que siguen sin tenerlo!

Así una y otra vez. ¡Demonios! (disculpas a la benévola deidad de nuevo), ¡cómo echo de menos este tipo de intercambios en el Séptimo contemporáneo!, inteligentes, perspicaces, irónicos, agudos, ¡éticos!

Y todo el conjunto adquiere realce, mejora, con la interpretación de nuestro artista; delicada, emotiva, la relación tutorial/paternal de Hackman con Melanie; él ofrece cariño, y sabiduría del sentido común: da gusto escucharles, y sobre todo verles.

Pues esto mismo y similares aportó, consiguió, Gene para muchos productos fílmicos.

Harry Moseby/Hackman: “Fui en cierta ocasión a una película de Rohmer y era como ver crecer una planta”.  Esta descripción de ninguna manera se aplica a los largometrajes en los que aparecía (contribuía) Gene.

Requiescat in pace.

P.S. En Sin Perdón, durante una escena sobrecogedora, que los cinéfilos nunca olvidaremos (y los que no lo son tampoco), Hackman inflige una bestial paliza a Richard Harris, a quien llama Pato (duck) y no Duque (duke). Esto resuena en estas fechas, porque hay un presidente de América del Norte (no es Canadá, ni México, ni de momento Groenlandia) que tiene nombre palmípedo.

Duque es asimismo como llamaban habitualmente a Wayne, pero tampoco creo que David Webb Peoples, o el propio Eastwood, mantuvieran en esa terminología segundas intenciones.

 

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