SOPA DE PATO
- gonzalojesuscasano
- 13 abr
- 3 Min. de lectura
SOPA DE PATO
Respecto a Los Marx (no El Marx) me asalta una de esas dicotomías primordiales, inmarcesibles y no-irrelefantes, que dividen (desgarrando) a vecinos, amigos, familiares, matrimonios (fracturándolos en divorcio), naciones (causando guerra civil), nuestro sueño (escindido por la vigilia), y demás. Una partición sustentada, por supuesto, en una honda rivalidad, insalvable como el más hondo y negro de los abismos …
Griegos vs. troyanos (candente cuando era chaval), sofistas contra Sócrates, Platón contra Aristóteles, Descartes ante Newton, Velázquez ante Murillo, Realismo o Idealismo, Adam Smith – Karl Marx, Keynes vs. Hayek, Relatividad vs. Cuántica, Forma o Fondo, Betis y Sevilla, Atlético – Madrid, tortilla de patatas con cebolla – sin, vodka Martini mezclado o agitado etc. etc.
Como comprueban Vds. se trata de dilemas existenciales. Yo, y no estoy solo, me encuentro en ese tipo de encrucijada respecto a Sopa de Ganso & Una Noche en la Ópera. ¿Cuál de las dos es mejor, la obra maestra de Los Hermanos?
Siendo inveterado apologista del séptimo arte como ante todo visual/forma/técnica lo coherente (¿existe hoy esto con la Cuantosfera en política?) sería que mi elección recayera en Sopa de Ganso: la escena entre los dos hermanos (¡cómo se parecen!) ante el espejo (¡que ya no está!); es la mejor escena, desde el lenguaje fílmico, de nuestros cómicos.
Pero, ¡ay, ay! La Sopa tiene dos ases, y no en la manga de tahúr, sino en el regazo del surrealismo y lo descacharrante/ocurrente: *La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte … *El camarote de los Marx, donde caben todos los disparates del mundo mundial. Ante tales escenas, ¡sigo escindido!, que no esquizofrénico (¡confío!); pero bendita sea este género (dos) de duda y no la de … el de siempre, esto es, ese chicho danés de Dinamarca con un “Edipo” de padre (¡nunca mejor aplicado!) y muy señor mío a cuestas.
El Caso es que esa indecisión metafísica se nos queda en agua de borrajas tras el artículo (bueno, como siempre) de D. Fernando Savater. Éste encuentra patente (alarmante por consiguiente) paralelismo entre Rufus T. Firefly y Don John, con lo cual nos alejamos del arte y aterrizamos (con un golpazo) en la dura realidad del estado de los Estados hoy, ¡uf! Mi disyuntiva marxiana ciertamente no era de angustia escandinava (Kierkegaard, Ibsen, Dreyer, I. Bergman), a Dios gracias; pero la inevitable presencia del actual presidente de Yanquilandia no le anda a la zaga a tales autores hiperbóreos. ¡Mamma mia!, ¡la que nos aguarda a todos los habitantes del planeta planetario!, ¡que el Seños nos coja confesados, contritos y con los rezos terminados!
Ante este recordatorio, espejo roto como el de La Sopa, vuelvo a citar esa predicción de zoólogos, meteorólogos y politólogos: vaticinan una desmesurada migración de patos havelda (de larga cola en la lengua de D. Guillermo) desde los Grandes Lagos a Groenlandia. Se lanzarán sobre La Isla Verde como bíblica plaga de langosta, aunque allí no hay mucha floresta que engullir, afortunadamente. Ante tan desasosegante predicción, añadida a eventos bien reales que transmiten los “papeles”, queda en segundo plano (y momento) la determinación escolástica de si es mejor La Sopa o la Ópera.
Acabo de encontrarlo en imdb.com: los hijos de Groucho encontraron entre sus papeles un escrito que pedía que le enterraran “encima” de Marilyn Monroe.
Un clásico marxiano (no marxista) … Sam Wood a Groucho, fastidiado porque no seguía sus indicaciones en La Ópera: supongo que no se puede hacer un actor de arcilla – Groucho: ni un director de madera (emoticono de sonrisa).
Roguemos porque podamos recuperar estas temáticas, como las esenciales de nuestras vidas; o en todo caso más urgentes que la hodierna socio-economía (militarista).