ESPIRITUALIDAD Y LAICISMO: LOS DOMINGOS
- gonzalojesuscasano
- 1 nov
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Actualizado: hace 3 días
ESPIRITUALIDAD Y LAICISMO: LOS DOMINGOS
Antes de ver Los Domingos sólo había leído un par de breves reseñas y algunos encabezamientos. Uno de éstos afirmaba, atrevidamente, que se trata de un largometraje de terror, sobre nuestro fracaso como sociedad. Esto me intrigó, ¡cielos!, espoleó para ir a la sala de cine; de hecho, al pergeñar estos párrafos aún no he buscado más crónicas sobre la película: para que no me influyan en mis consideraciones.
Los primeros minutos me resultaron visual/pictóricamente carentes de “tirón”; normal, siendo cinéfilo de G. Stevens, Ford, Wyler, Lean, Ridley et alii. Me temo que los diálogos lo mismo. Hasta esa escena en la que Ainara le confiesa a la tía que tiene vocación religiosa. La directora aguanta el plano, silencio; Maite responde, y tampoco hay corte rápido al contraplano. Frases, y silencio, frases y silencio…, para que los personajes (y los espectadores) asimilen la relevancia de lo abordado. Bien interpretado, y bien dirigido, i. e. editar sin aceleración, para que los actores transmitan emociones a través de sus rostros, sin apoyarse sólo en el texto. Sí, ya nos alejamos del teatro filmado, y nos sumergimos en el lenguaje cinematográfico. El tono continúa así durante el resto de la proyección, esto es, se dice la línea del guión y se espera para cortar; lo mismo cuando llega la reacción. No, no es plano-contraplano a toda velocidad, sino montaje pausado (nada de Raoul Walsh), para que nosotros meditemos/conmovamos, al igual que los personajes.
Pero con Los Domingos el tema, es… ¡el tema! Un producto ante todo de argumento, mensaje, sutil análisis psicológico; debate, discute, “pelea” acerca de lo que es la fe, en un mundo invadido por el laicismo. ¡Nada menos!, ambiciosa, arriesgada historia en una sociedad que dio la espalda a la transcendencia hace muchas fechas.
Por otra parte (o por la misma) he encontrado en La Red alusiones a un retorno hacia una cierta espiritualidad, por Los Domingos y por Rosalía (artista a la que no sigo); incluso algunos obispos apuntan hacia ello. Personalmente lo pongo en cuestión, porque Occidente es un entorno de no-practicantes, agnósticos, de individuos inmersos de lleno en el Mercado, en los medios de comunicación, en la vida acelerada (que es opuesta a la contemplativa).
Sin embargo tampoco sostengo que aquí haya sólo una moda (pasajera, como es su esencia), de algunas canciones, vídeos, fotos, y películas. La religión no ha desaparecido del todo de nuestras colectividades, aunque no sea la cosmovisión dominante, porque transita por ahí; aquí-ahora nunca puede ser lo único para los Homines sapientes. Nos encontraríamos por tanto en estas fechas con ciertos artistas que han puesto el foco ¡otra vez!, sacado a la palestra las aportaciones culturales (¡poderosísimas!) del cristianismo: iconografía, simbolismo, imaginería, cánones estéticos, mensajes, significado y sentido, ideales éticos, ingente producción creativa…, ¡son dos milenios de ascendencia! De todo ello no se deduce, ni mucho menos, un retorno a la creencia religiosa en cuanto tal, a la Fe.
Declaro ante todo mi gran desconcierto a que una obra de esta temática haya logrado convertirse en número 1 en taquilla, ¡aquí pasa algo!; aunque no es tanta como ante el enorme éxito de Oppenheimer, guión complejo donde los haya (con El Gato incluido).
Desde mi perspectiva el personaje nuclear es Maite, quien se resiste con toda su energía a “perder” a su querida sobrina en un convento de clausura. Y sí, hay un duelo (interpretativo, ideológico, religioso) con la madre priora; grandes actrices, bien encauzadas por la realizadora: una vez más tomas sostenidas, con silencios, con desafío. Ambas mujeres se enfrentan en un duelo (sin lanzas ni colts) por el Alma de Ainara: ¡sólo puede quedar una!, ¡sólo una vencedora!
Como uno habla (y escribe) sobre lo que sabe (y recuerda) esta obra me ha traído a la mente películas de Bergman (El Séptimo Sello, Los Comulgantes), el existencialismo (Sartre, Camus), El Evangelio según San Mateo de Pasolini, los 60 de la izquierda posmoderna donde se debatía con apasionamiento sobre si Jesús de Nazaret fue el primer marxista, si el Paraíso marxista no es tan diverso respecto al cristiano, sobre los curas comunistas (¿los hay?), evolución y religión, ¿desaparecerá la Fe en el modo de producción capitalista? … Tiempos de ebullición cultural, del rebelde mayo del 68, de transmutación de la (¡alienadora!) sociedad burguesa, y todo eso (¡aquello!); en estas fechas lo único que parece bullir es la bouillabaise, bouille et abaisse.
Precisamente por similitudes con aquel período, valoro más la decisión de Ruiz de Azúa, para rodar esta trama, que en absoluto va con los tiempos actuales, ¡chapeau!
En llegando a las interpretaciones, ¡inevitable como la muerte y los impuestos!, sobre la historia y en torno la elección primordial de Ainara, me lanzo a una simplificación por medio de una serie de hipótesis.
-Ainara perdió muy joven a su madre, es un ser herido, quebrado, que busca llenar esa radical Ausencia.
-Ella no es feliz en la sociedad en la que se encuentra (consumista, materialista, superficial), y buscando algo más profundo lo encuentra en la transcendencia que ofrece el cristianismo.
-Las monjas la han adoctrinado, martilleado tanto con sus enseñanzas, que al final las sigue como un lacayo; esto es, ha perdido su libre albedrío, le han lavado el cerebro. Está presa de la secta.
-Nuestra protagonista es una neurótica, incluso con episodios paranoicos: creer tener una conexión (por algún cauce extrasensorial) con el Todopoderoso, hasta el extremo de que Él le habla (¿en castellano, en euskera, en hebreo?).
-Ainara recibe auténticamente mensajes de Dios, porque Él así lo quiere; y le pide que cumpla su Voluntad, en un lugar dedicado enteramente a Su Adoración.
La última interpretación es la menos concordante con el Siglo (el XXI), pero siguiendo la lex parsimoniae quizás sea la más sencilla. Me explayo un poco, ya que cada cual se pronuncia sobre lo que le es cercano….
Uno de mis lemas recurrentes es que el principio de Ockham es muy empleado para escoger entre diversas conjeturas (teorías rivales) científicas: la más simple es la correcta, esto es, ¡la realidad! Heurística rotunda sin duda, ¿pero lo más económico (de medios) respecto a las matemáticas o a la física, en las ecuaciones o en los datos observacionales? Pues sí, es bien sabido que no hay respuesta nítida, y ahí siguen los cuánticos polemizando, desde hace ahora un siglo.
Ciertamente es complicado compaginar la ecuación (continuidad) de Schrödinger con el colapso de la función de onda; ¿qué es lo más sencillo según Everett? Prescindir de lo segundo y aceptar la primera tal cual, ¡se acaban los riesgos de contradicción, de paradoja! Fórmulas matemáticas simples y ya está; pero la consecuencia de apostar por esa opción es ¡el multiverso! ¡Toma ya!, pues esto no tiene nada de elemental. Ahí continúan los doctores de la física y las matemáticas.
En nuestro caso trataríamos con los de psicología, sociología y teología.
Si admitimos todo lo que nos refiere Ainara, ¡fíjense Vds. de todo (medios explicativos, interpretativos, epistemológicos) lo que nos libramos!: neurosis, trauma por el fallecimiento de la madre, hipersensibilidad, neurastenia, síndrome de abandono/aislamiento, cambios hormonales, hervores de la adolescencia, capacidad para alterar la mente por adoctrinamiento, sectas, alucinaciones por causas imprecisas, malfuncionamiento del córtex etc. etc. Todo ello lo tiramos por la borda (gnoseológica), y admitimos que nuestra joven posee equilibrio mental & emocional: nos relata ¡lo que ocurre!
Pero como en el caso de los mundos paralelos y El Gato que se escinde, también esta “económica” suposición conlleva un pesado lastre intelectual. De éste han escrito y polemizado, durante dos mil años, teólogos, filósofos, y otros; aquí van algunos ejemplos:
-Omnisciencia vs. libre albedrío.
-Omnipotencia vs. leyes de la lógica.
-Entendimiento infinito vs. Voluntad ilimitada.
-Gracia divina vs. buenas obras.
-La fe ante todo o la conducta adecuada.
-Predestinación (herencia grecorromana entre otras, fatum, Ananke)
-Pruebas (Vías) de la existencia de Dios ampliamente cuestionadas.
-El Silencio de Dios (e. g. en La Peste de Camus).
-El Mal en el mundo (ejemplos, ¡pónganlos Vds. mismos).
Pues sí, no son debates simples, y con toda probabilidad el Venerabilis Inceptor desearía cortarlos con su inefable navaja. Sin embargo todas estas Disputationes se ciñen a las aulas universitarias y cursos de doctorado, y no afectan directamente a Ainara: dice la verdad o no, ¡ésa es la cuestión! El mismo personaje proclama: Hay más cosas en cielo y tierra, Horacio, de las que se ha pensado en tu filosofía; aserto que tanto gustaba a nuestro Unamuno. Pues sí, ¿por qué no creer en lo ultramundano?, así lo han hecho cientos y cientos de millones en la Historia, sin problemas.
Pero sí, son períodos de laicismo, y duda constante, que los eclesiásticos y teólogos deben arrostrar. Y no empiezo por la condena a Galileo, que es pura astronomía posicional, sino por la Evolución. Ésta explica la Vida como azar, y no se puede ser más opuesto a la creación y al Plan divino; añadimos del determinismo mecanicista (desde Laplace). La gente no pide por su salud a Dios (hay fármacos y vacunas), ni clama a los dioses para que envíen la lluvia (hay pantanos: Paco El Rana, ¡je, je!); si algo te sale mal no consideras la causa un castigo de Dios (por tus pecados), sino que echas la culpa al Gobierno. No, no estamos en el universo de Lord Jim, los Karamazov, Ibsen, Björnson, Kierkegaard; en el de Las Moscas de Sartre con el pueblo en perpetuo estado de remordimiento & expiación por sus pecados. La vida en el materialismo de la sociedad de consumo es muelle, nos va bien, disfrutamos, no hay quebraderos de cabeza…, y nos olvidamos de “preocuparnos” por el más allá, i. e. todo es más acá; sí, habitamos en la estricta inmanencia. Ergo, es muy difícil creer a Ainara cuando relata comunicación con el Altísimo, porque no se le ve, ni se le oye. En esta línea Maite es la “empirista”, la cientificista, la que sólo acepta lo que es registrado por nuestros sentidos (o recogido por estructuras matemáticas); es lo normal, lo “lógico” en nuestra época de prosperidad. Y ésta debe muchísimo a la ciencia y la tecnología: observaciones y predicciones; pero nuestra joven protagonista se sale por la tangente.
Siguiendo con lo de comentar lo que conoces, ¡o lo que te apetece!, y que éste es un país libre, voy a seguir la asociación inmediata de ideas, que me condujo a Dolores Hart, ¡evidentemente! Es que leí su autobiografía hace un par de años.
Pues sí, efectivamente, es la actriz que hizo un par de películas con Elvis, y luego se metió monja. La del documental nominado a los Oscar Dios es el más grande Elvis. Sí, ciertamente es ella, la única eclesiástica miembro de la Academia Hollywood, y que vota desde todos los años desde su abadía. Ésta es Regina Laudis, y (¡más cine!) su creación es contada en Hablan las Campanas (Loretta Young), aunque con muchas licencias, como nos puntualiza la propia Dolores.
Aunque esto es un texto serio, grave y profundo, no me resisto a un poco de cotilleo (acorde con la época), ¡je, je, je! La gran amiga de nuestra monja es, desde su juventud al día de hoy, Maria Janis, la hija de Gary Cooper. Ésta, siempre servicial y generosa decidió comprarle la tela (bien cara) para su túnica de postulanta. La dependienta le pregunta para qué, y ella replica que es para el vestuario de una obra de teatro de época; y aquélla: espero que dure muchas temporadas en cartel. Nuestra religiosa lleva en el convento desde 1.963; ¡ejem! Días después la prensa recogió rumores de que Maria Cooper tenía intención de hacerse monja…, ¡murmuraciones circulando con gran celeridad!
He de confesar (¡vocablo adecuado!) que comencé su libro autobiográfico por curiosidad de cinéfilo, para ver qué contaba de Hollywood, y con intención de dejarlo en unas decenas de páginas, satisfecha aquélla. Pero es que resulta muy ameno, y bien redactado (con Richard DeNeut); de modo que continué. A la mitad del texto entra en el convento, pero esa parte tampoco era aburrida, ni espesa. ¡Vaya con el personaje, y su singular vida!
He visto sus largometrajes recientemente, una vez más empujado por lo anecdótico, y saber quién era me ha influido sin duda. Admitido esto…, no la catalogo como una gran actriz dramática; pero Dolores transmite serenidad, equilibrio, madurez sólida e impropia de sus años. Ello incluso en Playas de Florida/Donde están los Chicos, una largometraje de jovenzuelos playeros absolutamente dedicados a Epicuro; pero cuando la juerga tiene consecuencias graves ¡allí está Merritt!, para ofrecer equilibrio, ¡responsabilidad! Me fijaba en nuestra intérprete y me pellizcaba preguntándome: ¡pero de verdad tiene 21 años! Sí desde luego es un papel que interpreta, pero da la impresión que los guionistas lo han redactado para ajustarse a la persona real Dolores Hart. No llego al extremo de afirmar que Blanca Soroa alcanza esa expresividad & serenidad (¿estoica?), pues es absolutamente novata, pero estoy convencido de que es lo pretende Alauda: una jovencita absolutamente segura de lo que quiere, empeñada en obtenerlo, y sin dudas sobre su Comunicante.
Incluso he jugado con la idea que esa madurez, seguridad, honestidad de Hart fue un obstáculo para su carrera de actriz.
En fin, ¡foco!; basta de divagar o se nos hará de noche.
Nuestra actriz yanqui entró por casualidad en un colegió católico, y allí encontró su Sitio. Le impresionaron enormemente los ritos católicos, la cohesión entre los fieles. Su propia familia es disruptiva; el padre, aspirante a actor, le pega mucho a la bebida, no es modelo de conducta (ella misma lo reconoce en su autobiografía) y se casó cuatro veces. La madre cae en el alcoholismo una y otra vez.
De modo que nuestra (futura) sor encuentra en la comunidad católica una auténtica familia, ¡pertenencia!, y con diez añitos se convierte al catolicismo. ¿Qué más normal en esa tierna edad que la búsqueda del Hogar?, pero para Hart no fue una fase pasajera, sino que le he durado toda la vida: hay algo más que una infancia dura por tanto.
¿Y Ainara? Su familia es muy buena, pero, pero… su madre falleció siendo ella una niña; la abuela comenta que era complicada, una cabrea loca al parecer. Veo aquí a los psicólogos (sobre todo a los freudianos) mencionando el desajuste emocional, la falta de incardinación, la sensación de no encajar. En fin, que resuena de nuevo la inestabilidad emocional, incluso la posible neurosis.
Dolores se acerca al catolicismo buscando escapar de unas circunstancias familiares poco edificantes, y en Ainara sería algo similar, por la ausencia de la madre. La americana afirma que ha sentido la presencia de la Divinidad desde niña, y además una comunicación personal/especial con Él. Pero no a la llamada (voco-as-are) de ella, sino a discreción de Él: la vocación. Nuestra joven bilbaína se expresa en los mismos términos, i .e. la transmisión de mensajes no arranca de ella: de entrada ella sólo es la receptora. Por supuesto un empirista/positivista no admitiría la realidad de esto, y estamos inmersos en ese entorno; así que reitero el mérito de Los Domingos, por ir contra corriente: hay osadía, que suele acompañar al Arte original.
Si nos colocamos el traje de psicoanalista una perspectiva sería la del Id controlando (en lo más hondo) la consciencia. Bueno, he de reconocer que no “compro” esta argumentación demasiadas veces, de hecho pocas; soy de ésos que cree en el libre albedrío (¿iluso?), en la capacidad de los Humanos para decidir por sí mismos por su Voluntad.
¿Por qué fulano ha hecho esto?, ¿por sus pulsiones inconscientes, la libido, la influencia del padre, dárselas de machote, la educación recibida, la machaconería de los Medios de Comunicación, la influencia de los amigos, porque es la moda social, para darse importancia ante la colectividad, por aparentar? ¿Y si quizás su conducta se ha debido a lo que le ha dado la gana, libremente, guiado por su consciencia/entendimiento?
Considero que siempre debemos conceder al reo (actor, i. e. el que actúa) el beneficio de la duda: él ha determinado su comportamiento, sin más.
Pero siempre (re)emerge la irresolución, hamletiana y freudiana… Puede que fulano sea emocionalmente dependiente, débil de intelecto y voluntad, marioneta de hábitos sociales, incapaz de enfrentarse a las normas establecidas, esclavo de su pasión sexual etc. Incertidumbres varias…
Con todo, siempre “in dubio pro reo”. Tanto Ainara como Dolores pueden ser perfectamente entes de voluntad autónoma, y no sujetos a espejismos. Esto último lo considero la columna más leve del edificio apologético de la FE: ¡cuánta imaginación, Dios mío, contenemos los seres humanos! Fuente del Arte, pero asimismo de la enfermedad mental.
En nuestro siglo, y en el anterior, hay tremendas dudas sobre lo ultramundano, lo extrasensorial, lo místico, lo transcendente; con motivo, porque ello ha generado muchos charlatanes, falsos profetas, Iluminados, conflictos étnicos, guerras de religión etc. La ciencia experimental moderna, físico-matemática, es la Madre de nuestro desarrollo, y es muy suspicaz con lo que no puede ser medido, cuantificado, pesado, registrado… Posee razones para ello, y el modelo mitológico de pensamiento no se clasifica dentro de lo observacional/empírico.
Maite siente que su sobrina va a tirar su prometedora vida por la borda, para ingresar en un centro que tiene mucho de carcelario; la madre de Hart (y la abuela) experimenta lo mismo.
Por eso le pregunta a Hart poco antes de que ingrese en Regina Laudis:
-¿Es todo por mi culpa, verdad?
-Aquí no hay culpa. No estoy huyendo de nada. Estoy corriendo hacia algo, con todo mi corazón. Espero que lo entiendas. Me he entregado a toda clase de búsquedas, y sólo me han proporcionado un atisbo de la felicidad que siento ahora. No encuentro sustituto para el amor que me ha traído hasta aquí. Así que por favor no estés triste. Alégrate porque al fin he encontrado mi verdadero hogar.
¡Vaya!, más alto sí pero más claro no: mi verdadero Hogar. Esto podría ser un arquetipo jungiano.
Esta conversación podría haber tenido lugar entre Maite y su sobrina. La tía (como la madre de la hermana Dolores) cree que está renunciando a una existencia rica, plena, a cambio de, de… una quimera, una Visión falsa que diría Freud (El Porvenir de una Ilusión, Moisés y el Monoteísmo).
La tía preguntaría a la sobrina: ¿cómo estás tan segura de que esos Mensajes son de Él? Sí, ¡gran interrogación! Aquello que hace dichosa a una persona, ¡dios! (exclamación de perplejidad) … ¿Qué código nos autoriza a interferir en tan individual “exaltación”? Pues sí, lo hay para la injerencia de la tía, la familia toda, la colectividad al completo, si ello nace de: borracheras impenitentes, hasta las cejas de droga, robar, gasear judíos, actos violentos & sádicos, torturar, mentir, comerse el hígado de la gente acompañado de un buen Chianti etc. Sí, en tales elecciones todos, como sociedad, tenemos la obligación de obstaculizar. Pero respecto a la preferencia por una vida de serena reclusión, ¿podemos, debemos?; otra incógnita gorda, gordísima.
Nuestra actriz yanqui canceló su matrimonio con Don Robinson, arquitecto y buena persona, para profesar; si van a Internet encontrarán la mención de que Robinson la visitaba siempre por Navidad y Semana Santa, y nunca se casó. Con su padre calavera intentado llamar al Papa para impedirlo todo. No me negarán que esta historia está pidiendo a gritos una película de Hollywood, al estilo de Memorias de África p. ej. Espero que un productor se decida pronto. Para director no propongo ni a Wes Anderson ni a Sorrentino, sino a David Fincher; para actriz no tengo favorita, aunque supongo que llamarán a Sydney Sweeney, que ya ha hecho de religiosa.
Es típico en el mundo académico tratar de la distinción entre la esfera de lo Profano, y la de lo Sagrado. Ésta implica las hierofanías, y sucesos similares, absolutamente habituales en todas las culturas (Mircea Eliade). No, no me voy a lanzar a calificar las vivencias de nuestra vasca nuestra americana de hierofanías, pero sí de circular ambas por lo no-profano. La creencia en los dioses es universal; ahora bien, no asevero que el homo religiosus sea nuestra esencia, como lo es homo habilis/ergaster/faber. El espacio de lo sagrado está bien atestiguada, como hecho “vivencial”, no físico-material. Además su Ser no implica su Deber Ser, y ahí el patente caso del marxismo leninismo: la mayor parte de lo que se ha dado en la Historia Universal es explotación, y debe ser erradicado, ¡por medios violentos!
El 18 de enero de 1.918 los bolcheviques, tras un juicio y condena rápidos, fusilaron a Dios, ¡glub! En fin, no sé… Vds. dirán.
En julio de 1.936 republicanos españoles fusilaron El Sagredo Corazón de Jesús en el Cerro de Los Ángeles, ¡más glub! Bueno…, Vds. verán.
Pero según la crónica de Nietzsche (y de Zaratustra) Él ya había muerto mucho antes; aunque circula ahora por la prensa que quien ha muerto es Nietzsche, ¡huy! Bien…, ¡qué opinan Vds.? Por mi lado no me aclaro con tanta defunción…, bueno sí; tengo claro que lo Sagrado, el ámbito de lo divino & y ultramundano no ha fenecido, ni lo hará nunca. Es componente de nuestra naturaleza, que es mental, y va más allá de los que percibimos a través de los cinco sentidos. No somos únicamente entes sensoriales, y ahí está nuestra riqueza, tanto intelectual como emocional; tampoco es preciso ponerse el traje del existencialista para aludir al Sentido (de la existencia), algo que no es res extensa. La conducta de los humanos, su Historia y Prehistoria, indican rotundamente que no sólo somos Materia y transformaciones de ésta. Yendo a lo facilón, el “mundo” de lo moral tampoco es res extensa, pero ¡por todos los demonios! (¡con perdón!), ¡cuán real para nuestra conducta (y para la vida social)!…, ¡ay!, más para unos que para otros, ¡snif!
Y más ¡snif! para las manipulaciones del dominio de lo Sagrado, por parte profetas de tres al cuarto, pícaros, charlatanes, taumaturgos, milagreros, egoístas impenitentes, criminales e incluso asesinos de masas. Por otro lado yo no “compro” la tesis marxista de que la Religión fue inventada, in illo tempore, por un grupo de sacerdotes avispados para explotar a los currelas; la antropología cultural y social lo refutan, e incluso nuestro acervo individual & comunitario.
Por intentar dejar tranquila la perdiz… Pertenezco al linaje de aquellos que sostienen que los fenómenos naturales (físicos, tangibles) se explican por causas naturales (inmanentes). Además defiendo sin reservas el darwinismo, con todo lo que implica respecto al (contra) modelo mítico de pensamiento. Pero soy miembro igualmente del colectivo de quienes consideran que aparte de fermiones, bosones, hadrones, leptones, quarks etc. existe otro “terreno”. En este último es donde se ubican las vivencias de nuestra vasca y nuestra norteamericana. Nietzsche (¿ha muerto de verdad?) nos contaba que los fenómenos apolíneos nos llegaban (al menos a los griegos clásicos) a través de las ensoñaciones; ¿es lo mismo respecto a las “comunicaciones” de Ainara y Dolores con El Altísimo? Los más seculares, los más psicoanalíticos así lo declararán; pero todo ello sigue perteneciendo al universo mental/emocional/simbólico de los bípedos implumes. Por supuesto se puede replicar que si esos Manifestaciones ultrahumanas son hechos oníricos, éstos a su vez los ha enviado el Todopoderoso a sus “elegidos”, con lo cual entraríamos en un bucle, ¡hum!
Es que la reducción que Marx & Engels hacen de todo Lo Humano (¿demasiado humano?) a la sustancia extensa me parece un error gigantesco, colosal, ingente…, ¡miopía! El positivismo lógico pretendió erradicar la metafísica y el marxismo la religión: ninguno ha alcanzado su objetivo hasta la fecha; la atmósfera de lo Sacro sigue con nosotros.
Pues sí, ya digo que Los Domingos es ante todo tema, mensaje, argumento, conducido con eficacia cinematográfica a través de la dirección de actores. Un producto para conversar, debatir, y estar en desacuerdo, ¡je, je!