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¿FRANQUISMO CONSTITUCIONALISTA?

  • gonzalojesuscasano
  • 14 oct 2023
  • 3 Min. de lectura

¿FRANQUISMO CONSTITUCIONALISTA?


Me he topado con esta expresión en un curioso, digámoslo así, artículo, e inmediatamente he pensado que los términos se contradicen, que nunca deberían juntarse. ¿Cuál es la palabra “técnica”?, la tengo en la punta de la lengua …, ¡ah sí!, oxímoron. Hete aquí que dos líneas por debajo me la encuentro: normal, es algo que se salta a la vista, y a la mente; el articulista, plenamente consciente de la inconsistencia, no reniega de su uso, porque causas beneficios, políticos.

Evidentemente, como racionalista ilustrado irredento y antiguo profesor de lógica, no puedo admitir el empleo de tal incoherencia; se trata de ciencia absolutamente formal, la más distanciada de lo empírico, pero si algo quebranta sus principios no puede existir en el mundo real, físico, ¡y punto final!

Ergo, el franquismo constitucional inexistente, por ilógico, ¡y (otro) punto final! (¿Acabo de hundirme en otro oxímoron, con DOS puntos finales?, ¡hum!).

Pero no, decido que hay que continuar. Por supuesto (prefiero esto que “es lógico”) me ha venido a la mente lo del “credo quia absurdum” de Tertuliano, aceptar la fe cristiana precisamente porque resulta Imposible; no, no establezco un paralelismo entre los dos casos, simplemente mi cerebro los ha unido. Por lo mismo me viene al coco aquello de Martín Lutero: la Razón es la puta del diablo (¡perdón!, la p…), puesto que no ayuda al cristianismo, de hecho se opone violentamente a él, porque resulta contradictorio, aparentemente …, y sin embargo ¡es la Verdad!

La idea es que “franquismo constitucionalista”, si admitido, arrastraría consigo jugosos beneficios políticos para España, tan alicaída en estos momentos, y en muchos otros de su Historia ¡ay! Ante ello, nada puedo replicar …, excepto, cabezota, ¡eppur si muove! ¡Es que esos vocablos se oponen!

He aludido varias veces a una locución de las mismas características, tratando del pensamiento de Dugin: nacional-bolchevismo. El último, comunismo, es internacionalista. El trabajador es una clase social, y no tiene patria, esto es, en él no tienen valor la etnia, la lengua, la cultura específica, las tradiciones, mores, folclore, mitos y leyendas, derecho consuetudinario etc. Todos los obreros son iguales, sin raíces patrias; y si las tienen, hay que extirparlas como una muela podrida: el dentista es el bolchevique. Así, es la URSS, no Rusia (o Ucrania, o Bielorrusia). Pues sí, afirmo taxativamente que el nacionalismo, con sus principios de etnia, religión e historia común esencial, es contradictorio respecto al marxismo. Y sin embargo (eppur si muove) Dugin et alii los juntan, para un bien mayor se supone, en este caso el reforzamiento político/social (y militar) de Rusia, ya no la URSS; uno de los beneficios, está claro, es proporcionar una justificación, desde esta ideología, de la invasión de Ucrania. Para mí está claro como el agua que el nacional-bolchevismo de Dugin y Cía. es lo primero, y del segundo nada, i.e. mucho más de zarismo y expansionismo ruso que de leninismo.

Franquismo constitucionalista, por el contrario, tendría unas connotaciones benévolas, no siniestras: se lo concedemos. Sin embargo sigue siendo irrazonable como expresión lingüística.

Constitucionalismo significa democracia representativa, por consiguiente implica que el Poder emana del Pueblo (Soberano). Y desde luego Franco no admitía tal postura política, porque nunca consultaba al Pueblo (ni siquiera en el referéndum de 1.966); el poder lo detentaba él, como Dictador, por mandato/designación de …, no lo sé muy bien. Autoritarismo y democracia liberal son antagónicos: leyes de la lógica. Pero siempre tenemos en estas circunstancias a Luis Buñuel: ¿que me contradigo?, estupendo, ¡contengo multitudes!

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